Conozco la sonrisa brillante de las mañanas...
Las tardes melladas,las desdentadas noches.
Sé del aullar de gigantes en lumbres aspas de molino
,sé del letargo de los sentidos entre el estruendo de monedas,sé del néctar de las bocas y de su aliento en la nuca,
sé de las palabras inútiles como bolitas de humo,y de camas deshechas como lienzos desflorados.
Sé de los bordes cortantes del canto herido,
sé de su demencial cordura.
Desconozco, sin embargo, ese rostro vagamente familiar,
que me mira a cada instante desde el espejo...


-kutxi Romero-

17 de agosto de 2009

Vergüenza, Tristeza, Miedo.

Vergüenza ajena. En todos los sentidos. Vergüenza ajena y propia hacia el ser humano. Vergüenza por los que manipulan y los que nos dejamos manipular. Vergüenza por el uso de la inteligencia humana para destruir al propio humano, vergüenza por la muerte como daño colateral, y por la falta de cojones, de los de arriba para decir la verdad, y de los de abajo para creerla. No solo vergüenza, también tristeza, porque ya no soy capaz de creer en la bondad del ser humano, porque el rechazó a frases como “ el fin justifica los medios”, se quede encerrado, retumbando en las paredes de aquellas aulas de la montaña, donde en el colegio intentaban enseñarnos algo que llamaban ética, como alternativa a la religión. Pero veo que la ética en el mundo real es tan falsa como cualquiera de las religiones, la moral se esfuma, se queda como un eco gritando desde aquellas aulas. Eco que todos oyen, pero nadie escucha desde que se cruza en su camino ese papel del color de la esperanza, que más bien es el color de la injusticia, de la corrupción, de la ambición, del poder… del fin que persiguen casi todos los hombres, que desde luego no justifica ciertos medios, pero es que lo realmente injustificable es el fin en sí mismo.

Cuando hablo de vergüenza hablo de cosas como esta…...


Leer cosas como esto, más que verguenza, lo que me produce, es miedo...
http://despiertaya.wordpress.com/2009/07/26/%C2%BFprueba-definitiva-de-la-conspiracion-gripe-a/.

1 de agosto de 2009

Todo se transforma...

Después de una grata conversación, atravieso la ciudad. Meto mi mano impulsivamente, inconscientemente en el bolsillo delantero de mi pantalón. Un casco, otro casco, y a caminar. A seguir los pasos que tantas veces he imitado, mientras suenan letras en mis adentros que me transportan a momentos, a sensaciones, a sentimientos, que mis pies intentan seguir en línea recta. Pero es inútil, la línea nunca es recta. Cualquier mínima cosa te hace desviarte del camino. El destino va a ser el mismo, pero los pasos que de hasta llegar a él son impredecibles, incontrolables, excitantes a la par que aterradores. La vida hace con nosotros lo que quiere, cualquier día puede ser el día más importante de tu vida. Una noche puede significar el principio de una gran amistad. Una noticia puede significar la muerte de alguien querido. Una llamada puede significar una nueva vida. Un viaje, puede enamorarte de una ciudad, y convertirse en tu ciudad. Una copa puede acabar en la aventura más excitante de tu vida. Una mirada, puede enamorarte. Un gesto, puede decepcionarte.

Todo se transforma es la ley más reales de las leyes. Algunos cambios ni nos percatamos que existen, solo cuando echamos la vista atrás y nos abrumamos por lo lejano de los recuerdos, por donde estará esa gente, por qué será de ese lugar. Esos cambios se asimilan sin casi esfuerzo, pero hay otros que implican demasiadas lágrimas. Un coche bomba mata a dos Guardia Civiles en Mallorca… no fue… pero podía haber sido él. Un accidente de avión destino Las Palmas, no iba, pero podía haber ido….
Otros cambios sin embargo, los provocamos nosotros mismos. Y son los que más duelen, y por ello, los más gratificantes. Porque no se es valiente, si no se tiene miedo, e inmersa en el miedo voy provocando continuos cambios en mi existencia, que hacen temblar los pilares de la estabilidad emocional, pero que van construyendo otros pilares de conocimientos, serenidad, locura, culturas…

Se acabó el paseo, antes de entrar en casa, vuelvo a recordar destellos de aquella conversación. “ Con la vida que llevas, es como si tuvieras puesto un traje de prisionera condenada a muerte, no puedes entregarte a nadie del todo, no puedes quererle porque sabes que van a morir uno a uno, que su destino es desaparecer de tu vida”. Por mucho que duelan los cambios, nunca podré llevar ese traje de frialdad, nunca podré dejar de querer a las personas que hacen que les quiera, a ti mismo no te podría dejar de querer, porque es imposible no querer a amigos como tú. Y es que aunque todo cambie, no hay mejor sensación que la de mirar atrás y recordar momentos de felicidad con esas personas, en esas otras vidas, que al final , acaban siendo solo una vida, mi vida.