Conozco la sonrisa brillante de las mañanas...
Las tardes melladas,las desdentadas noches.
Sé del aullar de gigantes en lumbres aspas de molino
,sé del letargo de los sentidos entre el estruendo de monedas,sé del néctar de las bocas y de su aliento en la nuca,
sé de las palabras inútiles como bolitas de humo,y de camas deshechas como lienzos desflorados.
Sé de los bordes cortantes del canto herido,
sé de su demencial cordura.
Desconozco, sin embargo, ese rostro vagamente familiar,
que me mira a cada instante desde el espejo...


-kutxi Romero-

16 de marzo de 2010

"Y hablaba de lo bonito que puede ser, tener fe y no tener religión"

Fe. Nunca creí en ella. No me refiero sólo a la fe religiosa. Todo en lo que he creido, por lo que me he emocionado en algún momento se ha desvanecido por un mínimo gesto, por un gran gesto, por un desafortunado encuentro, por una mentira, por una noche, por una visión, por una contestación, por un ínfimo segundo que cambió todo… por miles de razones… Básicamente, por ver la realidad de las cosas.

Eso ha hecho que durante mucho tiempo mis esperanzas sean mínimas. Que no me crea nada, que me cueste mucho confiar en alguien, que sean muy pocos, y el plural ocupa menos de cuatro dedos de mi mano, en los que realmente tenga un fe incondicional.
Eso ha hecho, que mientras pasan los momentos, que derivan en días, en años… que mientras más me he formado, más he conocido, más me he interesado… más me he desilusionado por todo, más frustrante e impotente ha sido mi experiencia vital. Releyendo este blog, veo un factor común de indignación y lucha frustrada en todos mis textos, de impotencia que me lleva a la tristeza de las noches, tristeza con el mundo y con migo misma por participar en todo lo que critico.

Releo, y veo que perdí la fe, no en la religión, no en algo abstracto, perdí la fe en el humano. “He perdido la fe en la bondad humana” ha sido una de mis frases, el mundo que me rodeaba, que me ha rodeado durante 22 años hasta hace 7 días, me ha robado cualquier tipo de fe en nada, ni nadie, ni siquiera la tenia en mi misma.

Y ahora resulta, que el mundo es mucho más que mi mundo, ahora resulta que existe otro cielo, en el que no se ve osa mayor ni osa menor, en el que la estrella que más brilla es el cinturón de Orión, ahora resulta que la cordillera más cercana no son los pirineos, que son los Andes, ahora resulta que coger es fornicar, que guagua es bebe… y yo que en Canarias no hago más que coger guaguas…

Y ahora resulta, que no me enseñan licenciados asqueados con una profesión, que enseñan sin preocuparse por seguir aprendiendo, ahora resulta que me enseñan profesionales ejerciendo, que me enseñan otro modo de ver la publicidad, que sigue sin concordar con mis ideales, pero me la enseñan transparente, me enseñan sus conocimientos bajo la experiencia diaria.

Y ahora resulta, que en 7 días he recuperado la fe. He recuperado la fe en el dar sin recibir. He recuperado la fe en que hay gente que actúa por humanidad por solidaridad, más haya del dinero ( que resulta que aquí se llama plata). He recuperado la fe en que haya cura para la crisis, no la económica, que aquí es mucho mayor, con un salario mínimo de 150 e, y afortunados son comparados con los vecinos, aunque para ellos estén en uno de los mejores momentos económicos.
He recuperado la fe, en que haya cura para la crisis humana. He recuperado la fe en que se considere a la gente personas y no máquinas, he recuperado la fe, en que un sujeto sea algo más que un ejecutor de trabajo para producir dinero…


He recuperado la fe, al ver, que hay más realidades, al sentirme por primera vez en mucho tiempo feliz con mi alrededor, a ir por la calle y sonreír al ver a un ejecutivo dándole comida a un vagabundo, al ver que los perros también vagabundos que libremente se pasean por las calles, son cuidados con bondad por toda la población, al ver que un taxista te lleva gratis ha un sitio porque le queda de paso, me emociono, cuando el 90% de un país se queda a oscuras, se apaga la luz, y se fe una insólita y escalofriante imagen por la ventana. Mientras nosotras nos morimos de miedo, oimos ruidos y cerramos todas las puertas y ventanas por si alguien viene a robarnos, desconfiadas, y resulta que quién toca es la vecina de enfrente. Una señora de 77 años, que vive sola, y lejos de mostrar miedo, viene con tres velas en su mano para que no nos asustemos, y veamos la luz.

Ochos días de otra realidad me han bastado, para recuperar la fe en la bondad humana.

8 de marzo de 2010

Humanamente perfecto.


“No puedo impedir que esta fuerte corriente me arrastre. Ya no tengo elección. Tal vez me lleve a un mundo especial que jamás he conocido. A un lugar lleno de peligros, quizá. Donde se esconda algo que me inflija una herida profunda, mortal. Tal vez pierda todo lo que poseo. Pero ya no puedo volver atrás. Sólo puedo abandonarme a la corriente que discurre ante mis ojos. Aunque me consuma entre las llamas, aunque desaparezca para siempre.”

Haruki Murakami

Y la corriente me arrastró, más bien, el nadar contracorriente. Nadé hacia un nuevo mundo, totalmente distinto a lo que siempre he conocido, lo opuesto a mi mundo, aunque tristemente parecido en algunas cosas. (Mcdonal, Burguerking, moviestar... las grades multinacionales siguen haciendo del mundo, un mundo aburridamente similar y dominado).

Mientras en mi mundo nieva, aquí la minifalda es el atuendo principal de las bajitas y sonrientes mujeres.

Mientras en mi mundo la tierra gira, aquí resulta que tiembla, y que castiga no encuentro razón del porqué.

Mientras en mi mundo ante un codazo por la calle nadie se inmuta, se sigue de largo, aquí con palabras tan cariñosas como autóctonas te ruegan mil perdones.

Mientras en mi mundo un mendigo es invisible, esos muebles de la ciudad de los que siempre hablo, aquí resulta que son personas, que la gente ayuda con lo que puede, gente que tampoco es rica precisamente.

Mientras en mi mundo, una fiesta no baja de 15 euros, aquí basta con un utencilio de aseo y algo de comida para los necesitados.

Mientras en mi mundo, Jerez se inunda, y el resto solo miramos la televisión y decimos que putada, aquí los coches se llenan de apoyo a Chile, la televisión programa un telemaratón durante 48h para recaudar fondos, para ayudarse ellos mismos, para reconstruir una parte de su pais, que no queda cerca precisamente geográficamente.

Mientras en nuestro país una buena acción, es dar algo de dinero a los necesitados en navidad, aquí son cientos de camiones llenos de cajas con elementos de primera necesidad donados por todo un país, recorriendo cientos de kilometros hasta la
otra punta,por verdadera solidaridad.

Mientras en mi mundo miro a mi alrededor y me indigno, y me entristezco, aquí me siento un ínfima persona, y siento admiración por ellos, y me sorprendo sin parar de sonreír.



"...en nuestra vida imperfecta las cosas inútiles son, en cierta medida, necesarias. Si de la imperfecta vida humana desaparecieran todas las cosas inútiles, la vida dejaría de ser, incluso, imperfecta."


La imperfección tecnología la imperfección económica, la imperfección de edificios… hace que este mundo sea, humanamente perfecto.